Wednesday, January 18, 2006

¡Dime, espejito mágico!


Debemos cuidar nuestro cuerpo, ya que nos tiene que durar toda la vida. En eso estoy de acuerdo. Pero lo malo es que estos cuidados los convirtamos en obsesiones.
Y mucha culpa de ese problema, la tenemos la sociedad en general.
Catalogamos a las personas por su físico, desde que somos pequeños. Aunque cuando somos unos críos, lo hacemos sin ningún tipo de maldad. Decimos a nuestros padres que están gorditos, y nos encanta acurrucarnos en sus barrigas.
Con el tiempo, utilizamos la palabra gordo, con un tono despectivo. ¿O no recordáis que en todas las escuelas, había siempre ese niño gordo, al que utilizar como a un bufón? Claro, si no era guapo o atractivo, es que tiene que ser gracioso.
Y no solo padecían estas discriminaciones los obesos. También estaban los que eran demasiado delgados, los que tenían las orejas grandes, los que eran feos a los ojos de los demás...
Los cánones sobre como tenemos que ser físicamente, nos bombardéan por doquier. Y hemos absorvido esas reglas, practicamente sin ser conscientes de ello. Estamos guiados por la televisión, por la moda, por el cine... E incluso, para cubrir puestos de trabajo, nos piden buena presencia.
Y todo eso, acompañado a que tenemos falta de autoestima e inseguridades, hace que nos creamos que siempre tenemos que mejorar... aún cuando no son defectos reales y poniendo muchas veces, nuestra vida en juego.
Personas que comienzan dietas estúpidas y sin ningún tipo de control o asesoramiento médico. Mujeres que contabilizan todas y cada una de las calorías que ingieren, aún estando bastante delgadas. Otras personas, créen que sus vidas cambiarán, si tienen una talla mas de sujetador o una menos de camisa.
En este escrito, me refiero a mujeres, ya que casi siempre hemos sido el objetivo de estas y otras discriminaciones. Aunque muchas de estas obsesiones, se están haciendo extensibles a los hombres.
Una amiga que trabaja en la banca, me comentó que ahora se piden muchísimos préstamos personales, para operaciones de estética. Y lo peor de todo, es que muchas de esas creéncias son totalmente erróneas y la gran mayoría de veces, sólo es cuestión de confianza en uno mismo. Aceptarnos todos y cada uno de nosotros, tal y como somos.
Es cierto que en otros casos, es en beneficio de nuestra salud, el hacer ciertas operaciones correctoras. Y gracias al cielo, que hoy en día... muchas personas, no han de vivir en un cuerpo de hombre, sintiéndose mujeres y viceversa... por mucho que les joda a los llamados "tradicionales"... aunque yo les llamos "cerrados de mente".
Y lo más curioso, es que cuando estamos tonteando por primera vez con nuestras parejas, somos tan selectivas con ellas como con nosotros. Pero lo cierto, es que cuando nos conocemos... con nuestras virtudes y nuestros defectos, es curioso:
No nos importan los michelines... nos vuelve a gustar lo mismo que nos gustaba cuando éramos unos niños... el acurrucarnos en barrigas o notar ciertas mollitas.

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