Tuesday, January 31, 2006

Sunday, January 29, 2006

La espera.


Esa incertidumbre.

Saber si mañana brillará el sol.
Saber si este año será igual que el pasado.
Saber si esa operación quirúrgica saldrá bien.
Saber si a mis hijos les irá bien en sus vidas.
Saber si podré encontrar mi lugar en el mundo.
Saber que los fantasmas no volverán a atormentarme en mis sueños.
Saber que todo lo vivido entre los dos, no se olvidará.
Saber que serás siempre "mi amigo".
Saber que se puede llenar este vacío vital.
Saber que podré volar sola.

Tuesday, January 24, 2006

Vamos al mar.



Cuando miramos el mar, nos damos cuenta de lo pequeños que somos.
Y aún sintiendo eso, al contemplar los oceanos, sentimos que estamos más vivos que nunca.
Sentimos la humedad en nuestras caras, sentimos el olor inconfundible, y ese sonido que solo el mar sabe hacer.
Pensamos en las personas que contemplaran en esos mismos instantes, el mar desde otro lugar... desde otros continentes.
Pensamos en lo que sería ver la profundidad, el pasar rozando con nuestros dedos, la arena que se posa en el fondo.
Como si pudiéramos volar, pero bajo el agua.
Imagínate esto, con los ojos cerrados:
No sentir ni frío ni humedad.
Estar como si siempre hubieras podido respirar bajo el agua.
Despojarte de tus vestiduras, caminar adentrándote en el mar.
Notando como tu pelo, es manejado por el movimiento del agua.
Y como el oleaje mece todas y cada una de las partes de tu cuerpo.
Cerrar los ojos y notar todas esas sensaciones.
Para después abrirlos... contemplar tus manos mientras cogen lentamente, un puñado de tierra del fondo.
Abrir el puño, dejando escapar hasta el último grano de arena, mientras abres los brazos como queriendo abarcar todo lo que te rodea.
Queriendo fundirte con esa maravilla que te rodea, hasta donde te alcanza la vista.
Deseando poder oir en la vida diaria, el latido de tu corazón, tal y como lo escuchas bajo el agua.
Parece que fuera el único sonido del mundo.
Y no sentir el transcurrir del tiempo, ni las prisas, ni las comparaciones...
Sólo estar sintiendo, sentir eternamente.

Wednesday, January 18, 2006

¡Dime, espejito mágico!


Debemos cuidar nuestro cuerpo, ya que nos tiene que durar toda la vida. En eso estoy de acuerdo. Pero lo malo es que estos cuidados los convirtamos en obsesiones.
Y mucha culpa de ese problema, la tenemos la sociedad en general.
Catalogamos a las personas por su físico, desde que somos pequeños. Aunque cuando somos unos críos, lo hacemos sin ningún tipo de maldad. Decimos a nuestros padres que están gorditos, y nos encanta acurrucarnos en sus barrigas.
Con el tiempo, utilizamos la palabra gordo, con un tono despectivo. ¿O no recordáis que en todas las escuelas, había siempre ese niño gordo, al que utilizar como a un bufón? Claro, si no era guapo o atractivo, es que tiene que ser gracioso.
Y no solo padecían estas discriminaciones los obesos. También estaban los que eran demasiado delgados, los que tenían las orejas grandes, los que eran feos a los ojos de los demás...
Los cánones sobre como tenemos que ser físicamente, nos bombardéan por doquier. Y hemos absorvido esas reglas, practicamente sin ser conscientes de ello. Estamos guiados por la televisión, por la moda, por el cine... E incluso, para cubrir puestos de trabajo, nos piden buena presencia.
Y todo eso, acompañado a que tenemos falta de autoestima e inseguridades, hace que nos creamos que siempre tenemos que mejorar... aún cuando no son defectos reales y poniendo muchas veces, nuestra vida en juego.
Personas que comienzan dietas estúpidas y sin ningún tipo de control o asesoramiento médico. Mujeres que contabilizan todas y cada una de las calorías que ingieren, aún estando bastante delgadas. Otras personas, créen que sus vidas cambiarán, si tienen una talla mas de sujetador o una menos de camisa.
En este escrito, me refiero a mujeres, ya que casi siempre hemos sido el objetivo de estas y otras discriminaciones. Aunque muchas de estas obsesiones, se están haciendo extensibles a los hombres.
Una amiga que trabaja en la banca, me comentó que ahora se piden muchísimos préstamos personales, para operaciones de estética. Y lo peor de todo, es que muchas de esas creéncias son totalmente erróneas y la gran mayoría de veces, sólo es cuestión de confianza en uno mismo. Aceptarnos todos y cada uno de nosotros, tal y como somos.
Es cierto que en otros casos, es en beneficio de nuestra salud, el hacer ciertas operaciones correctoras. Y gracias al cielo, que hoy en día... muchas personas, no han de vivir en un cuerpo de hombre, sintiéndose mujeres y viceversa... por mucho que les joda a los llamados "tradicionales"... aunque yo les llamos "cerrados de mente".
Y lo más curioso, es que cuando estamos tonteando por primera vez con nuestras parejas, somos tan selectivas con ellas como con nosotros. Pero lo cierto, es que cuando nos conocemos... con nuestras virtudes y nuestros defectos, es curioso:
No nos importan los michelines... nos vuelve a gustar lo mismo que nos gustaba cuando éramos unos niños... el acurrucarnos en barrigas o notar ciertas mollitas.

Tuesday, January 17, 2006

¡Venga mañana a pagar!


Un día llegó al pueblo, un forastero, vendedor de cuadros.
Se sentó al sol, en la plaza de la iglesia y extendió sus cuadros. La gente, era un poco reacia a acercarse, aunque sentían curiosidad por ver aquellas pinturas.

La primera persona en acercarse, fué una niña de unos quince años. Y tímidamente, fué mirando aquellos lienzos uno a uno. Hasta que llegó a uno que cautivó toda su atención. En aquel cuadro, creyó reconocerse. Pero pensó que aquello era imposible, ya que aquel hombre no era del lugar y jamás le había visto con anterioridad.
Pero a medida que observaba el cuadro, se reconocía aún mas en él. Con la única diferencia, de que en el lienzo, aparecía ella jugando con su padre. Esto le maravilló, ya que este, había fallecido cuando ella tenía tan sólo tres años. Le gustó tanto aquel cuadro, que decidió comprarlo. Pero, le faltaba dinero. Aquel señor, le dijo que no se preocupara; que se lo llevara y que le pagara el resto, al día siguiente.

Al ver a esa niña, tan contenta con su cuadro, hubo otra persona que acercó hasta la plaza. En esta ocasión, era una anciana. Iba con la idea de encontrar algún bodegón que decorara su salita de estar. Pero, no encontró ninguno que le gustara. Se disponía a marcharse, cuando aquel vendedor, le dijo que tal vez le gustaría ver uno que aún mantenía envuelto entre papeles de periódico. La anciana, no supo lo que decir, cuando vió aquel lienzo.
Era una pintura, en la que se plasmaba con todo detalle, la fachada de la casa de la anciana. En aquel cuadro, también aparecía ella, sentada en el porche de la casa. Y lo que más le impresionó, fué reconocer en aquel dibujo, a su hermana sentada junto a ella. Sobre todo porque de pequeñas, durante los años de la posguerra, se habían tenido que separar. Ella se quedó con unos tios en este pueblo y su hermana, tuvo que irse con otros familiares a Francia. Jamás tuvo noticias de ella, pero sentía que algún dia volverían a reunirse.
La señora le dijo al vendedor que le pagaba lo que pidiera, por este cuadro. El señor, le dijo que mirara en casa el cuadro; y si seguía interesada en comprarlo, que volviera a la mañana siguiente a pagárselo.

La última persona en acercarse, fué un hombre de unos cuarenta años. Pero tenía un semblante tan triste, que le hacía aparentar mucha más edad de la que tenía. Su gesto, también era serio, pero con un toque de nostalgia que se percibía en su mirada. Pasó por la plaza, sin querer mirar ningún cuadro. Cuando uno de ellos, le llamó la atención por el marco tan bonito que se veía a lo lejos. Indeciso, se acercó directamente, hasta ese cuadro en concreto. Era una escena que le hizo sonrojar y alegrarse, a la vez. Era él, junto a su esposa, haciendo el amor por primera vez.
En esos momentos, su aspecto pareció cambiar de golpe. Se le dibujó una sonrisa en la cara y estaba nervioso al recordar aquellos bellos momentos. Hacía demasiado tiempo que pensaba sólamente, en los años que hacía que su mujer había fallecido. Y no lograba pensar en todo lo que había podido compartir con ella.
Aquella pintura, hizo que todos los momentos que compartieron juntos, volvieran a visitar su cuerpo y su mente. Pensó, que si la había amado tanto, jamás estaría totalmente sólo. Ella siempre viviría en su corazón. Y estaba tan alegre con todos aquellos sentimientos, que salió corriendo hacia su casa, sin pagarle aquel lienzo a el vendedor. Cuando hubo llegado a su casa, pensó que cuando llegara el nuevo día, le pagaría al vendedor y le llevaría también un presente como muestra de agradecimiento.

A la mañana siguiente, bien temprano y sonrientes, se encontraron en la plaza de la iglesia las tres personas que se llevaron fiados los cuadros. Iban a pagarle a aquel señor tan misterioso, lo que les habían dejado pendiente de pagar. Pero cual fué la sorpresa de la chica, la anciana y el caballero, cuando vieron que la plaza estaba totalmente vacía. Sin rastro del vendedor. Miraron hacia la salida del pueblo y vieron una figura a lo lejos. Era el vendedor, que se paró para observarles. Después, con una sonrisa y guiñándoles un ojo, les dijo adiós la mano alzada. Y continuó caminando, hasta que las tres personas, dejaron de verle.




Óleo de Salvador Valero.

Monday, January 16, 2006

Vuelta a la realidad.

Ese fín de semana, había sido bastante duro para ella.

No había tenido noticias de su amado.
Lo cual le hizo pensar que tal vez, le tocaba volver a sumergirse en la melancolía de la que él la había sacado, desde el primer día en que se conocieron.
Paseaba esa tarde nublada, entre una multitud de gente con paraguas, sin percibir ni tan siquiera la lluvia en su rostro.
Y se limitada a caminar, recordando los bellos momentos, vividos con él. Aunque habían sido breves, esos encuentros le habían reportado una sensación de cariño, jamás antes experimentada.
Cuando se cuzaba por las calles, con algún hombre, se giraba a su paso, con la triste esperanza de que fuera él.
Pero, a pesar de que mirara a su alrededor, ella estaba demasiado triste para ver.
Ella miraba hacia ese lugar, donde guardamos los recuerdos. Ese sitio donde todo es bonito y permanece inalterable ante el paso del tiempo.
Los bajos de su vestido, estaban tan empapados que hacían que sintiera aún mas el peso de la tristeza en su interior.
Y por un breve instante, recordó su cara... recostada junto a la de él.
Y esa idea le acompañó durante el resto del día. Era como si pudiera ver su cara, si cerraba sus ojos cansados de contener las lágrimas.
Le sorprendió la idea de que después de tanto tiempo en el que se había encontrado mal, debería estar acostumbrada al dolor. Pero, precísamente por eso, se encontraba mal.
Había llegado a ilusionarse, con la idea de que el mundo le deparaba algo bueno para ella, trás todo lo malo que le había transcurrido en sus treinta y cinco años.
Pero le sosegaba una idea, que aunque no demasiado realista, le hacía sentir algo mejor:
"Preferiría muchos momentos dolorosos, a no haber vivido un segundo de los vividos con él".

Sunday, January 15, 2006

¡Un $ por tus pensamientos!

¿Quién me podrá negar,
que me miras, como si fuera
la única mujer del mundo?
¿Quién me negará,
que hemos sido,
el uno del otro?


¿Quién me puede
apagar las estrellas?
Ya me sobran todas.

Tuesday, January 10, 2006

¡Llueve!


Hoy ha sido un bello día triste.

Triste, porque es un día gris y sin sol.
Bello por la anhelada lluvia, que tanta falta nos hace.
Ha llovido casi incesantemente... una lluvia casi inapreciable en algunos momentos.
Y mientras regresaba a casa esta noche, paseando por la ciudad que ya se prepara para un nuevo día, he sentido algo muy bello.
Miraba a mi alrededor mientras oía música con mis auriculares... y parecía que respiraba diferente.
He podido apreciar sin proponérmelo y sin pensar en ello, los reflejos de las luces de la noche en las calles mojadas.
Veía el color gris claro de un cielo amenazante de tormenta, haciendo contraste con el verde intenso de las hojas de los árboles mojados.
A pesar de que hacía humedad, he sentido que no quería cobijarme y quería sentir ese aire recorrer mi cuerpo.
He abierto mi chaqueta y he respirado ese frío aire, notando como llegaba a estremecerme.
Pero a la misma vez, esos sentimientos, me han hecho sentirme mas viva de lo que he estado en mucho tiempo.
Y en ese momento, me he dado cuenta de que tenemos miedo a sentir.
A sentir y notar que formamos parte de un "todo".
Cuando hace frío, es lógico abrigarnos. Pero mas que arroparnos, nos aislamos de percibir las sensaciones que el frío descubre en nuestros cuerpos.
Cuando llueve, no queremos empaparnos. Pero es como si nos pareciera que fuéramos a encoger, por el hecho de notar la lluvia como cae sobre nosotros.
Y por unos instantes, me he limitado a sentir. Sólamente, sentir.
Normalmente, voy caminando por la calle con la cabeza mirando hacia ningún sitio en concreto. Miro al suelo, miro el tráfico o bien camino pensando en las tareas que tengo pendientes por delante. Lo que he hecho durante el día, lo que me resta por hacer cuando llegue a casa o bien, lo que haré mañana.
Pero hoy, me he dado cuenta de que, no reparamos normalmente en las cosas que nos rodean.
Pero cuando venía para casa en mi coche, me he parado en un semáforo. Y se me ha ocurrido mirar el coche que había parado junto al mío. En el, había sentada en el asiento trasero, una niña de unos tres años. Le he sonreido y le he hecho el gesto de adios que todos hemos hecho de pequeños... cerrando los dedos juntos hacia la palma de la mano.
Me ha devuelto la sonrisa y el saludo, de la misma manera en que yo se lo había hecho.
Ha sido un momento de conexión con alguien desconocido, aunque es bien sabido, que estos enanos adorables, son muy receptivos a muestras de cariño.
Y este simple hecho, ha hecho que se dibujara una sonrisa de lo más sincera en mi cara.
Tengo que permitirme a mí misma, sentir.
¡Sería tan bonito que todos nos paráramos mas a sentir!

Tuesday, January 03, 2006

Año nuevo, ¿vida nueva?


Estamos a tres de Enero de 2006.

¡¡ A tres!! Y precisamente... ese es el número de víctimas de violencia doméstica, que lamentablemente hemos de contar, en lo que llevamos de este nuevo año.
Hasta el nombre que le ha sido otorgado a este tipo de violencia, parece algo absurdo... "violencia doméstica"... parece que quiere decir que es una violencia de "andar por casa".
Pero, ¿cómo es posible? Tres personas asesinadas y otras tres detenidas por intentos de agresión.
Y no se porqué, pero cuando comienza un nuevo año, ponemos los contadores de todas las cosas a cero.
Y el contador del año que hemos finalizado, se paró con la víctima número sesenta y dos. Sesenta y dos víctimas muertas, pero... ¿cuántas personas hay que sufrieron estos malos tratos y no lo denunciaron? Con lo que la lista que se va creando todos los años, seguramente es mucho mayor de lo que pensamos.
Nos manifestamos unidos, en contra de la violencia de grupos terroristas... pero no somo capaces de salir a la calle y poner el grito en el cielo, haciendo una manifestación multitudinaria en contra de este tipo de violencia.
¿Será porque el número de víctimas, no son las suficientes... o no son de relevancia pública... cuántas harían falta?
En fín, año nuevo... lista nueva.