Monday, September 01, 2008

¿Le conozco?... Mamá, soy yo.


Esta mañana he estado en mi centro de salud y me he quedado observando a dos ancianos que allí habían.

Una era una señora, con la mirada perdida y con temblores, que hacían que su cabeza se moviera constantemente. Yo la miraba y me preguntaba cómo fué esa mujer, muchos años atrás.
Tuvo que se una señora bien guapa, ya que a pesar de los años, aún era visible su belleza ahora dormida en la edad.
Me la imaginaba tiempo atrás, siendo una mujer joven. Criando a sus hijos, observando con mirada crítican a las vecinas mientras barría la puerta de su casa y totalmente activa.

Y la otra persona, era un señor que iba en silla de ruedas, por su avanzada edad. Pero eso sí, impecablemente vestido y con su sombrero. Y su cuidadora peleando con él para que no bajara los pies de la silla de ruedas, mientras él bajaba poco a poco los pies, con sigilo y diciéndo... ¡si no los bajo! Mientras sus pies estaban prácticamente ya abajo. Como si fuera un niño, haciendo cosas a escondidas de sus mayores.
Miré a ese hombre y tuvo que ser todo un pivón en sus años mozos. Ojos azules, alto, sin kilos de mas y una bonita sonrisa.

Y mirando a estos ancianos, no podía dejar de preguntarme: ¿Dónde han ido a parar, las personas que han sido? ¿En qué lugar de sus mentes, se han escondido, sus ahora, mermadas facultades?
Pienso que cuando vemos a ancianos con problemas o enfermedades degenerativas como el puto Alzheimer, hemos de pensar esto:
Todo lo que han sido durante sus vidas... todo lo que han luchado, amado, reido, sufrido y vivido, aún les acompaña en sus interiores... aunque, estén ocultas por enfermedades y arrugas que marcan nuestras vidas.
Creo que debemos observarles y abrazarles mas a menudo.
Y sobre todo, pensar en ellos y hablar con ellos. Aunque algunas veces sean reacios a hablar, pedirles que nos cuenten vivencias y sus pensamientos.

Ellos merecen saber que nos importan sus vidas y que ellos forman parte de las nuestras.

Con cariño, a todos
los ancian@s y abuelos,
que nos lo han enseñado todo,
con ese amor que hace que les
recordemos, como seres mágicos.
Y especialmente, a José Pellicer Manzanera,
que era mi "abuelito Joselín":
¡Te quiero, allá donde estés!


Nota: ¡Joder! No hay que esperar un día señalado, para acordarnos de ellos. Pero por si hay alguien a quien le interese, el 21 de Septiembre es el día mundial del Alzheimer.

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