Tuesday, September 26, 2006

¿Me permite?


Me siento muy orgullosa, de lo que las mujeres han logrado a través de nuestra historia, pero aún nos quedan retos por superar.
Aunque he de decir, que las mujeres de hoy en día o al menos las que conozco, coincidimos en que añoramos cosas de el "caballero" de antaño.
Echamos de menos, sobre todo, las formas. La galantería con las mujeres. La cortesía.
Pero quiero dejar claro que lo que en absoluto necesitamos, son los celos, la desconfianza o la sumisión ante el hombre.
Lo que me comentan muchas mujeres, es que no saben donde están los hombres de verdad. No desean ver a los nuevos metrosexuales, que dan algo de repelús, cuando te das cuenta de que se depilan aún mas que una misma... ¿las discusiones en el baño, serán porque él se querrá hacer la cera en primer lugar?
Echamos de menos el hombre, con instinto protector. El que es atento con las mujeres y no le molesta quedar como unos mal llamados blandos, ante los que van de machitos por la vida.
Pero también quiero echar una piedra a nuestro tejado, el de las mujeres: nosotras hemos favorecido este cambio y lo que es mas, nosotras también vamos perdiendo feminidad.
Al menos yo, independientemente de utilizar pantalones casi siempre y de no ser la supuesta imagen de la feminidad por mis reivindicaciones antimachistas, continúa gustándome atraer al sexo opuesto utilizando mis armas de mujer.
¿Y ellos, saben utilizar sus armas de hombre, sin caer en el machismo? Ojalá.

Wednesday, September 20, 2006

Viajemos.


Hay un amigo, que me comentó que fué a "Los Fiordos" este verano.
¡Qué envidia! Envidia sana, pero lo pensé.
Siempre he oido hablar de ese lugar y de otros muchos, en los cuales aún no he estado y que tan sólo he visitado en sueños.
Me he imaginado, paseando bajo la imensidad de la capilla sixtina. Bajando apresuradamente las escaleras de La Plaza de España, para acabar lanzando una moneda en La Fontana di Trevi.
Me he imaginado, tumbada en el cesped de un jardín londinense y paseando por el mercado de Candem Town.
Disfrutando también, de la inmensidad de los prados irlandeses.
Poder mirar en la noche, a través de una ventana de un castillo escocés, en el cual me hospedaría.
Pasear por el barrio francés de los pintores, Montparnasse y pensar que allí estuvieron muchos de los mejores artistas de todos los tiempos e imaginarlos pintando.
Bailar el hula hula, guiada por hawaianos, y pasarme toda una noche vestida con sólo un pareo y disfrutando de una fogata en la playa.
Descubrir a lo que sabe en mi boca, el hielo de los glaciares.
Conversar a la subida de El Tibet, con sus gentes, procurando aprender cómo es su cultura y sus problemas.
Sentir en mi mismo cuerpo, como sienta el ron cubano, cuando se baila en Baradero.
Ver bailar a una pareja Argentina, en el Barrio de la Boca.
Visitar África y ver los animales en libertad, en su propio habitat. Y notando el tacto de un bebé africano, entre mis brazos. Dejando que las mujeres me atavien con prendas típicas.
Cruzar un gran lago chino, y ver como vive la gente, fuera de las grandes ciudades.
O visitar la India en tren. Vestida con un sari, prestado por uno de los participantes a un festival gay, al que voy a asistir.
Y a la vuelta, quedarme unos días en las Islas Maldivas.
Haría infinidad de fotografías, tomaría notas de lo más interesante y creo que habrían cosas dignas de ser contadas por su belleza y otras, tan miserables que habría que denunciarlas.
Pero bueno, hasta entonces, seguiré viajando con la imaginación... ya que con imaginación, casi todo es posible.

Friday, September 15, 2006

Sin palabras.

Gracias por la fotografía, a A.A.L., uno de mis fieles y sufridos lectores.

Wednesday, September 13, 2006

En ningún sitio, como en casa.


Sólo durante las últimas 24 horas, han llegado a las costas de Tenerife, 357 inmigrantes.
Llegan en pequeñas embarcaciones, mal llamadas por los medios de comunicación, paretas o cayucos.
Vienen a nuestros paises, impulsados por la mala situación en sus paises de origen e impulsados y extorsionados por las mafias existentes en sus paises.
Alentados por la idea de que les espera un futuro mejor del que se les presenta.
Confiados en que podrán hacer un viaje incierto, durante el cual, sólo Dios y ellos saben lo que pasan durante el transcurso del mismo.
Muchos de ellos, no llegan, ya me mueren durante el trayecto; y han de ser lanzados al mar por los ocupantes que sobreviven, ya que suelen viajar más de los que pueden, hacinados en esas pequeñas embarcaciones. Otros han de beber agua del mar o comer incluso, mastican trozos de madera de la misma embarcación.
Y los que consiguen llegar a nuestras costas, llegan exhaustos o con hipotermia.
E incluso, se han dado casos en los que mujeres han dado a luz en dichas embarcaciones o bien, viajan con niños de muy corta edad.
Solemos ser solidarios con estas gentes, pero con el tiempo, nos estamos insensibilizando ante estas noticias y estas imágenes.
Algunas veces, me pregunto si habría que atajar este problema, desde los paises de origen de estos inmigrantes. Darles a ver las imágenes que nosotros tenemos, de cómo llegan a las costas y las de los que no han tenido la suerte de poder llegar.
Mostrarles que en España no hay trabajo para todos los que vienen y que muchos de ellos, al llegar sin ningún tipo de contrato de trabajo, se verán obligados a vivir de la mendicidad en el mejor de los casos.
Y fomentar entre nuestro gobierno y el gobierno de los inmigrantes, ayudas para evitar que las mafias hagan presas a estas mujeres y hombres, que tan sólo desean un futuro digno. Ya se que esto es una utopía, pero no por eso, debemos ignorar lo que pasa a nuestro alrededor.
Recordemos cuando mucha de la población de España, a lo largo de nuestra historia y sobre todo durante la guerra, ha tenido que emigrar para tener nuevas oportunidades.
Además, muchas veces me asalta este pensamiento:
"Cuando estamos, incluso estando de vacaciones o de viaje y regresamos a nuestras casas, estamos pensando en lo mucho que hemos echado de menos nuestro entorno. Deseamos volver a dormir en nuestras camas, comer nuestras comidas... por lo tanto... ¿cuánto y qué han de añorar los inmigrantes?".

Monday, September 11, 2006

Una mañana cualquiera.


Aquella mañana, podía haber cambiado toda su vida. Y de alguna manera, lo hizo.
Él es un hombre casado que a su madurez, había encontrado la manera de volver a los quince años, con aquella joven.
Tuvieron un encuentro sexual, cuando a penas se conocían, pero se necesitaban mutuamente.
Después de aquella primera vez, le siguieron muchas otras, pero muy distanciadas en el tiempo.
Ella, pasó una temporada sin tener noticias de él y pensó que algo había ocurrido.
Descubrió que él, había sufrido una operación de corazón y que había estado hospitalizado.
Ella se sorprendió al tener la terrible pregunta, de que si (llegado el caso) él falleciera, ella se enteraría de algún modo. Ya que ellos, llevaban anónimamente, esta amistad entre ellos.
Mas aún, cuando ocurrió algo dantesco: el fatídico 11-M.
Aquel día que nos sobrecogió a toda España, él podría haber ido en aquel tren. Puesto que él es de un pueblo a las afueras de Madrid y tenía que ir a la capital, para su chequeo médico trás la operación.
Pero decidió tomar el tren más tarde. Ella en la distancia estaba unida al dolor de él y ese día, los dos unidos en el espanto, a toda España y gran parte del mundo.
Lástima que nos unamos tanto y sintamos tanta empatía, solamente en esos graves acontecimientos.


Para ese "angel" protector,
que en el 11-M no madrugó.