
Mi cuerpo recuerda perfectamente, el momento en el que mi mente me dijo que no podía más con tanto dolor.
Y pongo en duda, que el dolor físico sea peor que el dolor de la mente.
Para el dolor físico hay calmantes que nos proporcionan alivio... ¿pero que hay que sane el dolor de la propia alma?
Esa mañana, caí en picado y me dejé llevar, ya que estaba cansada de luchar. Y el resto del día, está como borrado. Sólo recuerdo pequeños detalles.
Y de esos detalles, prefiero no acordarme. Duelen demasiado.
No comments:
Post a Comment