Friday, March 31, 2006

¡Llegó la primavera!



Llega el tiempo, en el que todos y todas, nos preocupamos por los dichosos michelines.
Que si me sobra barriga, que si la ropa del verano pasado no me vá a caber... jajajja...
Chorradas. Lo mejor, es que llega el buen tiempo. Los días se alargan.
El sol nos visita todos los días, haciendo que veamos los mejores colores que la naturaleza nos regala.
Y por cierto, no sólo los hombres se alegran de ver a las mujeres. Durante el invierno, parece que estamos acolchadas en nuestros atuendos y es como si desaparecieran nuestras formas.
Las mujeres, también nos notamos más excitadas con la llegada del buen tiempo. Nos sentimos más sensuales con nuestras vestimentas más ligeras y coloridas.
Y es cierto, que también nos alaga percibir que somos miradas, notando que somos más atractivas.
¡Viva la primavera, qué leches!

Wednesday, March 29, 2006

Volver a sonreir.



Este escrito, es para intentar cambiar el tono de todo mi blog.
He pasado mucho tiempo triste y según mi estado de ánimo... así me salían los escritos.
Pero a partir de ahora y gracias a buenos consejos, voy a ponerme manos a la obra y a escribir sobre pensamientos bonitos.
Vivencias agradables, gentes pintorescas,... en fín, espero que os guste el nuevo cambio.
Por cierto, quienes me conocen, ya saben que soy yo la de la fotografía.

Sunday, March 26, 2006

Seguir el camino.


Mañana comenzaré de nuevo el camino.
Aún tengo algo de temor a volver a caer de nuevo, pero me empeño en intentarlo de nuevo.
Volver a mi vida, que aunque monótona, no deja de ser vida.
Volver con mis compañeras, con mi trabajo.
Pienso que nunca es tarde, para retomar el tiempo perdido.
Hay gente, que por miedo a sufrir, abandonan las cosas que quieren o han querido.
Pero, prefiero herirme en el intento a no intentarlo de nuevo.
Espero y deseo tener ánimos, para poder seguir este camino; no lo temo porque sea nuevo o desconocido... lo temo por mí misma. Suelo caer mas rápido de lo que me levanto, tras la caida.

Thursday, March 23, 2006

En mi maleta.




Hay veces, en las que aunque uno no lo desée, ha de guardar en una maleta los recuerdos más bonitos que haya vivido.
Bien porque uno así lo decida o bien, porque sea lo que otras personas lo han querido así.
Cuando te has de mudar de lugar, guardas las vivencias en aquel sitio.
Cuando te cambias de trabajo, guardas los buenos y malos momentos, vividos con tus compañeros.
Cuando pierdes un amigo por tu culpa, guardas en esa maleta, hasta el mas mínimo recuerdo de él.
Pero lo malo, es que tan sólo serán recuerdos y no volverás a vivirlos. No deseo perder más amigos ni vivencias bonitas, para luego tener que desprenderme de todo ello. Son demasiado bonitos para tener que guardarlos.
He de vivir intentando crear nuevas ilusiones que no se queden en esos jodidos recuerdos, que he de guardar a lo largo de mi vida.

Tuesday, March 21, 2006

Asturias, bella tierra.


Es uno de los lugares, en los que me he sentido mejor.
Su vegetación, sus casas, sus gentes...
En ese lugar, descubrí que aún existen las luciérnagas. Que el agua corre limpia por doquier.
Que hasta la última flor que encuentras por los caminos, no tiene nada que envidiar a las que hay en las mejores floristerías.
Caballos en libertad, dando de mamar a sus potrillos.
Mis hijos, conocieron allí lo que es ver salir los pollitos de los huevos y dieron de comer a un ternero. Y daban pan a una burra llamada Lola.
Como algo anecdótico os contaré algo sobre esa burra:
Por lo visto, su novio era un burrito del lugar, pero era más bajito que ella. Así que cuando el burro quería montar a Lola, los vecinos tenían que sujetar al burro, para que pudiera montarla y no se cayera durante el acto, jejej...
Y la señora que nos alquilaba la casa rural, Agustina, ya es como de la familia. Mis hijos la llaman, la abuela de Asturias.
Había momentos, que subiendo los prados, llegabas a un punto desde el cual tus ojos no podían abarcar todo lo que desde allí se podía divisar.
Intentaba plasmar aquella belleza con mi cámara de fotos, pero me parecía imposible captar toda esa maravilla. Y mucho menos, poder guardar en una instantánea, la sensación de inmensidad que percibía por todos y cada uno de los poros de mi piel.


Fotografía realizada por mí,
en Asturias, en el 2004.

Monday, March 13, 2006

Una mañana cualquiera.


En esa mañana de otoño, todos acudieron al parque por el que solían trasnochar los amantes.
Observaban atónitos una gran escalera que había al fonde del parque. La escalera estaba clavada en la tierra y curiosamente, no tenía apoyo ninguno en su parte alta. Aunque aquello no hacía que la escalera se cayera.
Todos sacaban distintos motivos, sobre el porqué de aquella escalera.
Unos decían que podría haber dejado un ladrón, que la iba a utilizar para pasar el muro que dividía el parque, respecto de las casas contiguas. Pero, no estaba tirada en el suelo del jardín ni apoyada sobre el muro. Por lo que les continuó pareciendo extraño.
Otros dijeron, que parecía como si hubiera caido del cielo. Pero aquello no tenía lógica ninguna.
Hubo quien pensó que aquello era una obra de los chiquillos del lugar... algo con lo que jugar en el jardín. Pero la escalera era demasiado grande como para poder unos niños con ella; además, la colocaron en la madrugada, cuando todos los niños duermen en sus casas.
Nadie sospechaba que cerca de allí, estaba el autor de aquello.
Vivía en una de las buhardillas, de las casas contiguas al jardín.
Era un joven artista. Siempre había mantenido oculta su pasión por el arte de la pintura.
Tan sólo pintaba y dibujaba para sí mismo. Sentía que no existía el tiempo, cuando creaba en su pequeño habitáculo.
Aquella madrugada, decidió hacer algo que enseñar a los demás... algo que les hiciera pensar en lo que ocurre mas allá de sus miradas.
Colocó la escalera y esperó a que llegara la mañana. Y le encantó ver desde su ventana, oculto tras una cortina, las expresiones de sus vecinos.
Estaba acostumbrado a dibujar sus caras, de memoria. Y esa mañana, plasmó en sus lienzos, miles de expresiones que jamás pensó que vería en aquellas caras.
Esa mañana fué especial para los habitantes del lugar, que decidieron dejar la escalera en aquel jardín y seguir divagando sobre el porqué de aquella escalera. Además, los niños parecían divertirse mucho jugando en aquel lugar.
Y una mañana aún mas especial para el joven artista, logró darles parte de su arte a sus vecinos y tener un buen lugar desde donde captar sus expresiones, que posteriormente plasmaría en cuadros.

Thursday, March 09, 2006

Evitémoslo.


Es muy triste, que hoy en día, tengamos que continuar hablando de malos tratos a niños. Y más duro aún es que esos malos tratos, los reciban por parte de sus progenitores. De padres que se supone que están para cuidar que nada malo les ocurra.
Y mucha parte de la culpa de que esto continúe ocurriendo, es de la sociedad en general. ¿Porqué no hacemos nada cuando sabemos a ciencia cierta o sospechamos que algún niño que conocemos o desconocemos, está siendo mal tratado?
Creo que no debemos esperar a que salga en los periódicos, para dar la voz de alarma.
Los niños son lo más preciado que tenemos en este mundo. No hay nada comparable a la inocencia que se percibe en sus ojos. Dependen totalmente de los adultos, para su desarrollo. Tanto personal como emocionalmente.
Y para ello, durante la infancia, han de sentir que son amados y protegidos. Esos serán sus pilares para el resto de sus vidas. Hacemos y somos lo que aprendemos. Por lo tanto, si un niño no se siente querido ni protegido, no tendrá autoestima. Se la habremos quitado.
¡Basta de insultos, de golpes y de pensar que porque son pequeños, no tienen sentimientos!

Huele a sol.

Parece que quiere volver el sol a mi vida.
Aunque aún siento, los nubarrones que me acechan constantemente y de los que quiero huir.
Necesito la luz del sol, notar su calor en mi cara.
Sentir que estoy viva.
Hay veces, que tras haber estado tan mal... cuando remonto, es como si respirara diferente.
Tanto tiempo inhalando aire gris, que cuando estoy bien, es como si el aire hubiera cambiado.
Olor a azahar, olor a las flores de los árboles de la huerta...
Ahora me encuentro, como uno de esos árboles.
El cual, ha estado sin hojas y totalmente despoblado y que ahora, comienza a agradecer al sol su calor... ofreciéndole bellísimas flores.
Pero cruzo mis dedos, pidiendo que nada me haga volver a marchitar.

Tuesday, March 07, 2006

Resurgiendo.



Estoy intentando recomponerme pieza a pieza.
Quedé como un castillo de arena, cuando sube la marea.
Ahora me queda el reto más duro.
Salir para adelante, armarme de valor para afrontar el día a día.
Tener fuerzas para valorarme a mí misma e intentar no pensar tanto en los demás.
O simplemente, no pensar en las cosas que me duelen y que me pueden hacer volver a caer.
Deseadme suerte... la necesitaré.

Sólo lo recuerda mi cuerpo.



Mi cuerpo recuerda perfectamente, el momento en el que mi mente me dijo que no podía más con tanto dolor.
Y pongo en duda, que el dolor físico sea peor que el dolor de la mente.
Para el dolor físico hay calmantes que nos proporcionan alivio... ¿pero que hay que sane el dolor de la propia alma?
Esa mañana, caí en picado y me dejé llevar, ya que estaba cansada de luchar. Y el resto del día, está como borrado. Sólo recuerdo pequeños detalles.
Y de esos detalles, prefiero no acordarme. Duelen demasiado.

Sola.




No hay nada, como sentir que se está sola, a pesar de estar rodeada de una multitud.
Deseas gritar que estás ahí, pero no sabes a quien decírselo.
Ya que todos te miran... pero una cosa es mirar y otra muy diferente, es "que te vean".
Te miran, pero, realmente no se detienen ante las miradas.
No se preguntan lo que hay tras un gesto, tras un suspiro, tras unos ojos tristes...