¿Recuerdas?

Pienso en los veranos, cuando era pequeña.

En esos momentos no nos percatamos de que cuando seamos mayores, ya no volveremos a tener unas vacaciones tan largas.

Para mí, el peor rollo del verano, era tener que dormir la siesta.

Lo cierto es que con esas edades, no pensamos en dormir, no damos importancia a eso de estar cansados y algo que es curioso... no recuerdo la sensación de calor insoportable, que pasamos de adultos.

Los mejores ratos, los pasaba jugando con mis amigos, al pasarse la hora de la siesta.