
Siempre había vivido sola en aquel lugar y estaba practicamente acostumbrada a estar en soledad.
Aquella mañana, se dirigió a la playa, como solía hacer todos los días.
Y se dedicó a recorrer toda la orilla, con su mirada perdida en el horizonte.
Le gustaba imaginar lo que estarían haciendo las personas que vivían lejos de allí. Y se sumergía en sus propias fantasías, esperando que la soledad transcurriera sin causarle nostalgia de lo que jamás había vivido ni conocido.
Pero ella decidió no darse jamás a conocer ante el mundo. No se imaginaba viviendo en ningún otro lugar que en su playa, ni viviendo con nadie mas que ella misma.
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