Friday, December 30, 2005

Jodida soledad.



Creo que a nadie nos gusta realmente, estar solos.

Mucha gente dice que si que les gusta, pero creo que esas personas, se refieren a que les gusta tener momentos determinados de soledad.

Piensa. Nos rodeamos de personas o cosas, que no nos hagan sentir que estamos solos.
Nos acompañamos de gente y cuando esto no nos es posible... buscamos cosas que ocupen el lugar de la sensación de soledad.
Ponemos la televisión para verla o bien, para oir su murmullo de fondo y que nos dé la sensación de que no hay tanto silencio en casa.
Escuchamos música, que nos evada.
Llamamos por teléfono a algún amigo, para notarles algo más cercanos y viceversa.
Decidimos visitar a alguien y escucharles, mientras saboreamos un café.
Enviamos mails y deseamos tener una pronta repuesta, que nos demuestre que somos escuchados.
Necesitamos el contacto piel con piel. Abrazar a nuestros seres queridos, a nuestros hijos, a nuestros padres, amigos y amigas especiales...
Incluso, las aficiones que todos solemos tener, por muy individuales que parezcan... todas al final, pasan por ser compartidas con alguien. Bien porque necesitamos a más gente para hacerlas o bien, porque queremos compartir con alguien, el resultado o efecto de dichas aficiones.
O si no, piensa si te gustaría realmente... estar totalmente a solas. Creo que si eres de los que créen que la soledad es buena, cambiarás de opinión, si piensas en todas estas cosas con detenimiento.
Una cosa, es tener tu momento necesario de soledad o intimidad.
Pero yo me refiero, a lo malo que es la soledad no elegida o escogida.
Esa jodida soledad... yo no la quiero ni para mí ni para los míos.

Amigos.



Emilio, un amigo al cual no veía hace unos años, decidió morir.
Otro amigo, Ezcámez, aún luchando por vivir... murió.


¡Cuántos amigos conocemos a lo largo de nuestras vidas!
Y doy gracias al cielo, por este magnífico regalo: los amigos.
Todos recordamos los nombres de amigos que hemos tenido en el colegio, aún cuando ha pasado muchísimo tiempo.
Reconocemos con algo de nostalgia, que durante nuestra adolescencia, hemos conocido a amigos que nos marcaron bastante en nuestras sucesivas relaciones. Esos colegas que comparten juntos, las nuevas experiencias en un mundo de adultos, hacia el cual nos dirigimos.
Risas, lágrimas, confidencias, borracheras, sexo, el primer cigarrillo...
Y a pesar de que haya pasado tanto tiempo, seguro que recuerdas sus nombres. Sus caras, sus gestos, sus risas.
Los amigos del pasado, nos hacen pensar en lo vivido. Y que deberíamos hacer un esfuerzo, para intentar volver a verles. Ya que sería bonito el recordar como éramos y ver lo que hemos cambiado.
Ya entrados en la edad adulta, continuamos creando nuevos amigos.
Pero seguramente, no tendrán ese toque de complicidad que tenían los de entonces.
Lo que pasa, es que nosotros hemos cambiado. Hemos olvidado esa parte algo loca, que durante los años de nuestra adolescencia, estaba a flor de piel.
Yo procuro no olvidar esas sensaciones de aquellos años. E intentar volver a sentirlas: eso que te hace sentir una chiquilla... eso que te vuelve a hacer bailar sóla a media noche en tu salón, puesta de pijama, mientras tienes la música a toda pastilla y ni si quiera piensas en lo que dirán los vecinos... eso que hace que pienses en los amigos yá pasados y en que te gustaría vivir con tus actuales amigos, todo tan inténsamente como con los que ya pasaron y a los que no olvidarás... eso que te hace que sientas que no hay nada escrito y que toda tu vida, está aún por escribir.

¿Sólo palabras?



Me puedes destruir,
me puedes anular,
me puedes aliviar,
me puedes irritar,
me puedes acompañar,
me puedes hacer sonreir,
me puedes estremecer,
me puedes desafiar,
me puedes desnudar,
me puedes olvidar,
me puedes tener...

¡Con tan sólo una palabra!

Monday, December 26, 2005

Dime que todo ya pasó.

Dolor, rabia, inseguridad, pavor, soledad, lucha, ahogo, tristeza, sangre, impotencia, pavor, aislamiento, nervios, llanto, temor, desilusión, pánico, asco, heridas, estremecimiento, temblor, dolor, miedo...

Dime que todo ya pasó.

Aunque sea mentira, necesito que me lo hagas creer.

Que las heridas cicatrizarán, que volveré a sonreir igual que antes, que vigilarás mis sueños, que las lágrimas dejarán de ser mis compañeras...

Y que siempre tendrás un beso que depositar sobre mis párpados... diciéndome, tal y como nos decían nuestras abuelas, cuando nos caíamos: ¡Ya pasó! ¡Ya pasó!

Friday, December 23, 2005

Feliz Navidad?


Pues sí, estamos otro año más en navidades.
Todo se pone muy bonito. En nuestras casas, en nuestras calles...
Adornos, luces y lo que llaman "espíritu navideño".
¿Entonces ese "espíritu" es que hace que hasta el más hijo puta, se ha vuelto nuestro mejor amigo, durante estas fechas?
Estoy convencida, que el sentimiento real de estos días, es ver la ilusión en los ojos de nuestros hijos. Es querer que toda la familia se reuna, aunque no sea en una cena, en la cual todos comemos más de lo que nos cabe.
Es desear que ese lugar que ha quedado vacío en nuestra mesa, estuviera aún ocupado por ese familiar ausente.
Es anhelar que los amigos que están lejos, vuelvan pronto, sorteando las distancias.
Es cagarte en todo lo que se menea, cuando te enteras de que una compañera tuya desde hace cuatro años, no ha recibido su simbólica cesta navideña... y todo porque ha dejado de trabajar en la empresa, quince días antes de terminar el año.
Es querer que nuestra persona más deseada, roce tu piel, cuando vuelva de visitar a su familia por las fiestas.
Es volver a ser niños, recordando con tus hermanas, las trastadas que hacíamos de pequeñas.
Es pensar... que el año próximo, estemos de nuevo todos juntos... sin tener que apuntar faltas de asistencia.
Es... desear!!

Sin aliento.


Bueno, resulta bastante difícil el llenar una hoja en blanco. No por ocupar espacio, sino por contar algo que pueda llegar a ese "alguien".Alguien a quien considero un buen amigo, me comunicó que esto de los blog estaba funcionando bastante bien y me aconsejó el participar. Y creo que aunque no llegara a nadie, nos sirve a nosotros mismos, la sóla idea de plasmar nuestros pensamientos.Y quiero aprovechar, que tengo un momento tranquilo de mi vida, para compartir esto que escribo.Normalmente, pasamos el tiempo, deseándo que la semana pase para que llegue el fín de semana. Anhelando que llegue una época en concreto del año, que venga el siguiente año,...Y no nos damos cuenta de que el tiempo es muy valioso. Que hemos de aprovecharlo y sobre todo, en la medida en que percibimos que no vuelve.Creo que hemos de aprovechar los diferentes momentos de la vida, por los que transcurrimos: Niñez, adolescencia, juventud y madurez.Agarrarnos a la puñetera vida, con todas nuestras fuerzas. Pero siempre notando que la estamos viviendo.Salir y notar el calor del sol en nuestra cara; pasar por delante de una panadería, de la que sale ese olor a pan recién hecho; notar el calor de un bebé sobre nuestro regazo; pasear bajo la lluvia; hacer el amor hasta acabar dormido; reir con los amigos; bañarse por la noche en la playa; paladear una buena comida, acompañada de un buen vino; escuchar un buen concierto; viajar, descubrir nuevos lugares y culturas; compartir ratos de confesiones con alguien muy cercano a nosotros; notar esa sensación de deseo hacia ese "alguien"; ver a los nuestros crecer y cumplir sus anhelos...La vida nos ofrece, aparte de otras vivencias, todos esos pequeños aunque increibles momentos. Y hemos de aprender a vivirlos, a apreciarlos.Y gracias a amigos como el que me recomendó iniciarme en esto del blog, estoy aprendiendo a no perderme ninguno de estos momentos. Y aunque me queda mucho, en esto de aprender de la vida, disfrutaré todos los que tenga a mi alcance.Ya que, vivir no es tan sólo respirar.Es mucho más. Entre otras cosas, también es vivir momentos que te dejen sin aliento.

Por mí misma.



Aún recuerda cuando de niña, soñaba con ser camionera. Tal vez por la serie televisiva "En Ruta" o porque algunas veces, solía subirse al camión de un tío suyo y soñaba con hacer esos largos viajes que él contaba. Barajaba la posibilidad de ser también policía, una mujer astronauta...E incluso, en su imaginación podía ser una brillante arqueóloga. Lo que la llevó a guardar todo tipo de piedras curiosas que encontraba, en sus cajones, entre la ropa interior. Cosa que su madre jamás comprendió; no se explicaba lo que podían hacer aquellas piedras entre la ropa. Aunque lo que no sabía ella, es que aquella niña, las guardaba como se custodian los grandes tesoros: en lugares fuera del alcance de los demás.Después pensó, que por su gran amor y afición por la música, sería una buena locutora de radio. E incluso, se veía trabajando en un jardín de infancia. Siempre se le habían dado muy bien los niños y se sentía muy a gusto con ellos; sentía que aquellos enanos la aceptaban tal y como era.Con el tiempo, dejó de pensar en lo que sería de mayor.Dejó que la vida eligiera por ella.Ahora, intenta buscar su lugar en el mundo.Crée que nunca es tarde para descubrise a sí misma. Para que los demás la vean a ella, tal y como es en realidad. Para poder retomar los sueños perdidos. Para perdonar e intentar que la perdonen.Para tener esa segunda oportunidad, que creo que todos nos merecemos.

Cambios y más cambios.



La constante de nuestra vida, está regida por cambios. Cambiamos a medida que crecemos. Cambia lo que nos rodea y las personas de nuestro alrededor. Y muchos de esos cambios, son totalmente inesperados. Por mucho que creemos que hemos vivido todo, siempre nos sorprenden nuestras propias vivencias. Cuando creémos que estamos seguros en un tema, escuchamos otras conversaciones que nos hacen variar de opinión. O al menos, replantearnos (si somos medianamente tolerantes hacia los demás) nuestras propias creencias. Cuando pensamos que siempre tendremos junto a nosotros, a nuestros seres amados... también surgen momentos que trastocan nuestro bagaje de amigos. Si no pasamos por el aro con personas a las que considerábamos amigos, cambian su relación con nosotros. Si tenemos grandes amigos que cambian de ciudad o de cercanía personal, nos cambia nuestra manera de plantearnos el volver a confiar en alguien. Nos dá miedo el volver a depositar nuestra confianza, por miedo a perderle por cosas del puto destino. Destino, bonita palabra para querer adjudicar a algo, el devenir de las cosas. Espero poder encontrar dentro de todos estos cambios, la manera de que por una jodida vez esa amistad que no cambie. Y si no llegara, ...pues me cagaría en esos cambios que achacamos a el destino.